“¡Ay! Tu bebé es demasiado…”

Nunca me imagine que al ser Mamá tendría que buscar la fórmula para hacer crecer ‘piel de cocodrilo’, dura y resbalosa ante las críticas y los comentarios. Pero, ¡SI! Pasa! Y es la vida real...

No sólo recibí la alegría más grande y conocí el amor más perfecto, también se abrió la llave a un sinfín de críticas que hicieron su aparición casi al instante.

Y es que no entiendo porqué si mientras más vulnerables estamos, mientras más abrumado se siente uno con tantos cambios, más deberían las mismas

mujeres a tu alrededor (y más siendo madres igual que tú) apoyarte y hacerte sonreír! Responder preguntas oportunas y evitar comentarios que puedan herir...

Si bien éstos no siempre son malintencionados, duelen como pequeñas agujas en nuestro corazón. Al final del día se trata de tu rol como madre y, contrario a lo que se piensa, nadie nace con un manual que le haga experta de la noche a la mañana.

Todo consejo es bien recibido si viene desde el instinto de ayudar o calmar dudas y ansiedades. Sin embargo, cuando alguien cuestiona tus habilidades, el panorama cambia.

¿Duele?¡Claro! Y nadie está en tus zapatos para sentir o decidir por ti.

“Tu bebe está demasiado...” Grande, pequeño, gordo, delgado, rubio, moreno, y una larga lista de etcéteras.

Lo siento, pero esos comentarios son cómicos hasta cierto punto. Si mi hijo es delgado o rellenito para su edad, y el médico habiéndolo revisado a conciencia no ha indicado lo contrario, quiere decir que está sano.

Si no avanza o se comporta como el suyo o como el del vecino que usted vio crecer, no significa que tenga algún tipo de problema o retraso en su desarrollo.

Cada bebé es diferente. Y una madre lo menos que quiere escuchar, constructivos o no, son comentarios que le cuestionen en un momento de su vida en el que sus hormonas e inexperiencia la hacen ya preguntarse TODO.