¿Y si te atreves?
- Pamela Torres
- 12 jun 2017
- 4 Min. de lectura
Prefacio:
Dicen por ahí que las almas se conocen desde antes de encarnarse y que se reconocen desde el mismo instante que cruzan las miradas. Pamela es una de esas almas que me han acompañado en esta vida desde el mismo instante que nos cruzamos y a Dios las gracias porque a pesar de nuestra "diferencias" nuestro amor trasciende a su derecha acompañándonos y apoyándonos en cada paso que damos. Tengo la bendición de compartirles un mensaje que me compartió y que estoy segura que a muchos les servirá. Te invito a leer y atreverte a ser #feliz.
Abrazos,
Lily Wonder
¿Y si te atreves?
Es extraño como las personas funcionan. Es como si crearan un mundo paralelo en sus mentes. Sobre todo en el amor. Y me pregunto, ¿Será capaz el hombre de amar sin justificar la razón de hacerlo, sin buscar las respuestas a preguntas tan falsas?

A ver. ¿Que no conocemos el potencial de la mente? ¿Que te hace creer todo lo que te imponen? Cada vez que nos justificamos, emprendemos el rumbo en una historia llena de excusas y así es como vivimos una vida llena de mentiras: - no, que no voy a poder ver esto o hacer lo otro por esto y aquello...sin ánimos de buscar una solución a la realidad que nos imponemos. Son a veces cosas tan sencillas y obvias las que nos evitan ver más allá. La realidad es que podemos lograr todo, solo es cuestión de disposición y deseo. Si te lo propones y con la ayuda del tiempo, puedes viajar el mundo entero. Hasta puedes volar. Mira al hombre, quiso volar como las aves e inventaron los aviones.

Y es como decía, nos creamos obstáculos que no existen y nos impedimos a nosotros mismos cruzar el río. Si deseas puedes tener el mundo en tus manos. No, no fantaseo. Es una realidad que tenemos que enfrentar y crear, nosotros ponemos las limitaciones y no es que sean malas las anteriores, pero no al extremo. Es como cuando te gusta algo. Y hoy jueves, te ofrecen de algo. Ahora, imagínate que ese algo es miel. En todo caso que hayas probado la miel, sabes que esta es muy dulce. Y tienes con una cucharadita de té. Ahora, imagínate que esa persona te ofrece un vaso de miel, y pues para no quedar como malagradecido, porque te lo ofrecen con mucho amor, te tomas el vaso de miel. Prácticamente lo expulsas para atrás, claro, en el hipotético caso que seas una persona relativamente normal y tengas el paladar equilibrado. Es malo. Pero ya, lo experimentamos y pasamos de eso. Es todo. No morís. Aprendiste que no te sienta bien un vaso de miel, solo una cucharadita. Y es eso, retornando a los obstáculos. Si dejas de hacer las cosas que quieres, por el miedo de lastimar o ser lastimado. Vaya! se cae, que no vas a hacer nada en toda tu puritana vida. Nada.

A veces ponemos en stand by cosas que queremos hacer, decir o tener por el solo hecho de complacer a los demás. Debemos aprender a amarnos y respetarnos tal cual. Y es que esas personas que te exigen, o crees tu (vuelvo al tema) que te exigen, no dejarán de ser o tener sus vidas porque tu hagas, digas o tengas, o les hieras o no. No lo hacen, no lo han hecho. Ni aquel al que le importas de manera descomunal, de verdad, sin exigencias...
Simplemente, es entendible que tengas miedos. Todos los tenemos. Vivir es un riesgo. Ahora no puedes basar tu vida en otras personas, porque duele y destruye. Y más si no te valoran. La vida no es fácil pero es una aventura deseable. Todos quieren vivir. Y vivir bien; claro, depende de cómo cada quien vea las cosas. Entonces, veamos las cosas de manera positiva. Vivamos positivamente bien.


Sí. Nos han herido. Y hemos herido también. No digas que no. Hasta sin saberlo lo hacemos. Porque cada quien ve el mundo diferente, siente diferente, entiende y crea diferente. Tal vez, a esa persona que te ha hecho sufrir le ha pasado lo mismo que a ti. Y no, no es justificación. Pero de vez en cuando y de cuando en vez, debemos situarnos en la piel del otro. Buscar entender primero, para luego ser entendido también. Y es que todos en algún momento experimentamos sufrimiento, pero estos están para aprender y volverse a levantar, adaptar nuestra piel y fortalecer quienes somos...como una vez Cristo llevo su cruz a hombros. Como dice la canción: '' hay que correr el riesgo de levantarse y seguir cayendo...''. No dejes que el dolor te consuma. Perdona y move on. No permitas que las heridas abran más, pero si permite que otras personas te ayuden a sanar. No por el miedo a ser herido otra vez, dejes que algo bueno se quede en stand by.
No tengas miedo, enfrenta a la vida con una sonrisa, que la vida te sonreirá para atrás. Y cuando llores, prométete que será siempre de felicidad y para limpiar tu alma. No te quedes con sentimientos guardados. Aprendamos a sacarlos y a amenizarlos de una manera más ecuánime, amable; pero sácalo.

Ayuda a tu mente a crear, pero no con miedos y desesperanza, sino a crear nuevas historias con diferente final. Apuesto que encontrarás quien te de la mano, te ayude a seguir intentando, te aliente a volar sin miedos, te escuche hasta al decir adiós, te apoye y comparta su corazón. Y por si no es tangible, te ofrezco a Dios, él siempre te guarda en su corazón. Así que anda y vuela, no te asustes. Haz feliz a tu alma, tu corazón. Dios camina contigo.